EL PROGRAMA FISCH. UN PROGRAMA DE ACTITUDES POSITIVAS Y MOTIVACIÓN EN EL TRABAJO.
Cuando ir a trabajar se convierte
en una rutina, en muchos casos desembocando en aburrimiento o desidia, e incluso se puede llegar a desarrollar “burnout” al agravarse ese estado mantenido
en el tiempo, ya sea por habituamiento, automaticismo, falta de crecimiento
personal, superación, etc, la organización debe poner en marcha nuevos recursos
que ayuden a estimular e incluso a modificar esas actitudes negativas, que
posteriormente influyen en nuestro entorno familiar y social.
Para ello y siguiendo cuatro
pasos el programa FISCH contribuye con pautas de desarrollo tanto de índole
cognitiva, como emocional y conductual. La filosofía de FISCH es tomar
conciencia de esos pensamientos y emociones que nos obligan a realizar un
cambio, es decir estar presente en todo momento y por ende disfrutar de ello y
por otro lado somos nosotros los que elegimos esa actitud. Describamos de
manera sucinta, los pasos del programa:
1º.- ESCOGE TU ACTITUD.
Cuando haces una cosa ¿cómo te sientes? ¿Estás impaciente o aburrido? ¿Cómo
queremos sentirnos mientras trabajamos?
La mejor manera de escoger la actitud,
es poner en la puerta antes de entrar un menú de actitud con dos lados, en un
extremo el lado de: ENFADADO, ENFURRUÑADO Y AMARGADO y en el otro extremo:
CONTENTO, ENERGÉTICO, VITAL, CARIÑOSO, AUXILIADOR Y CREATIVO., y en el medio: LA ELECCIÓN ES TUYA.
Con el transcurso del tiempo y
como anclaje podemos señalar en nuestro lugar de trabajo:
CUANDO ENTRE EN ESTE RECINTO PARA TRABAJAR, ELIJA POR FAVOR LA ACTITUD
DE HACER, QUE HOY SEA UN GRAN DÍA. LOS COMPAÑEROS, LOS CLIENTES, LOS MIEMBROS
DE EQUIPO Y USTED MISMO LO AGRADECERÁN. ENCUENTRE MANERAS DE JUGAR Y
DIVERTIRSE. PODEMOS TOMARNOS EL TRABAJO MUY EN SERIO O ESTAR SERIOS. ESTÉ
ATENTO PARA PODER ESTAR PRESENTE CUANDO MÁS LO NECESITEN LOS CLIENTES Y LOS
MIEMBROS DEL EQUIPO. Y SI SIENTE QUE LE FALTA ENERGÍA, PRUEBE ESTE REMEDIO:
BUSQUE UNA PERSONA QUE NECESITE AYUDA, UNA PALABRA DE APOYO. O SENTIRSE
ESCUCHADO/A, Y ALEGRARLE EL DÍA.
2º.- JUGAR. Se trata de divertirse mientras trabajamos. ¿Qué ventajas
obtenemos?
.- La gente contenta trata bien a
los demás.
.- Pasarlo bien conduce a la
creatividad.
.- El tiempo pasa más rápido
.- Pasarlo bien es sano.
.- El trabajo se convierte en
recompensa en sí mismo y no es un camino a las recompensas.
Añadir un acuario o crear un
ambiente interesante e interactivo (luces) pueden ayudar a divertirse,
realmente se traga de adaptar el entorno de trabajo serio a uno divertido.
3º.- ALEGRAR EL DÍA. Se
trata de estimular y fomentar energías. ¿Qué ventajas obtenemos?
.- Es bueno para la organización.
.- Proporciona satisfacción y
sobre todo ayudan a que nos valoren de una manera positiva.
Algunas tácticas para alegrar el
día pueden consistir en flexibilidad horaria, buscar maneras de sentirnos
útiles, organizar premios mensuales y anuales basados en el número de clientes o
usuarios que digan que les han alegrado el día, etc.
4º.- ESTAR PRESENTE, como hemos comentado estar en todo momento en
lo que hacemos, con ello le proporcionamos valor y disfrutamos con ello.
Antes de comenzar a trabajar, debemos
también recordar al trabajador, con un cartel por ejemplo:
EL PASADO ES HISTORIA.
EL FUTURO ES UN MISTERIO.
HOY ES UN REGALO,
POR ESO SE LLAMA PRESENTE.
Cinco minutos de Mindfulness o atención plena son muy
útiles antes de comenzar a trabajar e incluso parar y atendernos cuando nos
sintamos sobrepasados.
En resumen FISCH no es un
conjunto de reglas, no debemos olvidar que cada organización y las personas que
las componen tienen su propio clima, cultura
e idiosincransia, realmente FISCH es una forma de pensar, una lente que
te ayuda a ver con más claridad cómo ser la persona que quieres ser. Las
estrategias de FISCH te ayudan a ser más consciente de quien “eres” mientras
haces lo que estás haciendo.
Además FISCH te ayuda a creer en ti
y elegir lo que quieres que suceda a tu alrededor, eres el único que debe
elegir como quieres vivir.
Por otro lado FISCH ayuda a que
tus relaciones sean más positivas, ya que las emociones se contagian y las
personas de tu alrededor notarán en tu lenguaje no verbal, esa chispa o
entusiasmo que hace que la vida sea para todos mejor.
Los miembros que ponen en
práctica FISCH, están más unidos porque comparten vivencias, experiencias y se felicitan por ello, realmente FISCH
puede llegar a convertirse en una filosofía de equipo, ya que cualquier
actividad fomenta espíritu de camaradería, afecto y diversión.
Y por último, si tú eres el líder
y quieres que tu equipo viva la filosofía de FISCH, primero debes vivirla tú.
Terapia Montessori en mayores. Una filosofía del trato a la persona.
·
La Filosofía y principios Montessori.
El método educativo Montessori,
desarrollado a principios del siglo XX para su uso en niños y preadolescentes,
se ha popularizado y extendido en gran medida desde su surgimiento, siendo el
área el de los mayores uno de los más beneficiados en su desarrollo y
aplicación.
Dicha filosofía tiene su origen
en la doctora, educadora y pedagoga italiana
María Montessori (1870-1952) como
legado de pedagogía infantil, sin
embargo y como ya hemos apuntado, es
fácilmente adaptable al ciclo vital de las personas mayores al tener como
finalidad la manipulación e interacción de diversos materiales y objetos,
creando juegos que ayudan no sólo a aprender y desarrollar curiosidad sino a
estimular y preservar las funciones sensoriales,
cognitivas y motoras en dicha etapa, y por ende fomentando su autonomía y funcionalidad.
El uso de los materiales atractivos
y habilidades de forma autónoma (independencia), la no corrección y control
en los errores, la concentración, no juzgar, el ambiente preparado y adaptado a
la idiosincrasia e identidad personal, la seguridad, la motivación, la
aceptación y el respeto, son algunos de los principios que sirven como base para
ralentizar el deterioro cognitivo, disminuyendo al mismo tiempo síntomas
conductuales y emocionales asociados a las demencias, como pueden ser
agitación, impulsividad, distimia, frustración, apatía, etc, aumentando por
ende la autonomía y calidad de vida de dichas personas.
·
Los principios Montessori aplicados a
las distintas demencias. Estudios.
Cuando se trabaja Montessori
en mayores, realmente el objetivo sigue siendo el mismo que en los niños:
seguir sacando el máximo de potencial de la persona, de forma integral,
tratándolas como personas únicas y plenamente capacitadas para actuar con
libertad, inteligencia y dignidad durante cada momento vital. Para ello,
debemos respetar los principios de la Metodología Montessori
mencionados.
Desde la Neurociencia es una
metodología preparada para aprender, al ser las manos la fuente de entrada al
cerebro y favoreciendo por tanto la entrada sensorial. Al mismo tiempo varios
estudios han demostrado que estas habilidades son esenciales para el
aprendizaje tanto cognitivo como social y emocional.
Hay varios estudios que avalan el
uso de Montessori en mayores, aplicado a personas con demencia:
·
El Método
de Intervención Cognitiva para pacientes con deterioro cognitivo grave basado
en las Actividades del Método Montessori, es un programa que se desarrolla
con buenos resultados en el Myers Research Institute de Cleveland (Ohio, EEUU),
adaptado por Cameron Camp (Camp, 1999) y está basado en las actividades creadas
por Maria Montessori para el trabajo con niños con necesidades educativas
especiales.
· El estudio llevado a cabo por Orsulic-Jeras, Judge y Camp (2000) señala un aumento en el compromiso en la realización de actividades, menor presencia de conducta pasiva y una mayor gratificación obtenida gracias a la participación en el programa.
· La satisfactoria experiencia y validación del programa Montessori impulsó a la Fundación Instituto Gerontológico Matia (INGEMA) y a su equipo (Etxebarria y cols. 2006) a desarrollar un programa conjunto familiar-paciente, siendo el familiar el encargado de aplicar las actividades al mayor, guiado por un profesional, observándose cambios significativos en conceptualización, lenguaje y capacidad visuoespacial en el grupo experimental en relación al grupo control.
En síntesis, los resultados
muestran un mayor compromiso, motivación y de manera inversa una disminución en
las alteraciones conductuales y problemáticas de la persona mayor.
·
Aplicación de Montessori desde el
modelo de atención centrada en la persona.
El modelo de atención que mejor
se adapta a la filosofía Montessori es el Modelo de Atención Integral
Centrado en la Persona ya que, en este modelo, el trabajo es congruente con
las verdaderas necesidades de la persona de acuerdo con el plano de desarrollo
en el que se encuentre. Esta visión se caracteriza por el reconocimiento de su
valor y singularidad, fijando la mirada en sus capacidades (no en los déficits)
y apoyando la autodeterminación de los individuos.
Además, los profesionales se
apoyan en sus historias de vida, buscando oportunidades para desarrollar sus
capacidades y recibiendo respuestas a sus necesidades personales, familiares y
sociales con las que fomentar el control y la autonomía y en consecuencia
sentirse mejor.
·
Aplicación de actividades y desarrollo de
talleres Montessori adaptados a las necesidades del mayor.
Mediante la aplicación de Montessori,
se produce estimulación de las funciones cognitivas superiores. Las actividades
y materiales que se usan en cada fase cognitiva varían en cuanto a su
complejidad, trabajando entre otras: memoria, atención, funciones ejecutivas,
estimulación sensorial, así como capacidades físicas, motrices y por ende
habilidades sociales.
Los objetivos en un estadio leve
o moderado (fast 1-4) es mantener su independencia funcional, sentimiento de
independencia, buen estado de ánimo, relación con el medio e intentar retrasar
la sintomatología conductual.
Los objetivos e intervención con
personas con demencia moderada-grave y grave
(fast 5 y 6) se centran en actividades básicas y procedimentales
permitiendo mantener o mejor las habilidades necesarias para la realización de
actividades básicas de la vida diaria (ABVD), además de proporcionar
estimulación cognitiva con cierto grado de dificultad por medio de actividades
que tengan significado con el paciente. Por otro lado, e importantes en esta
fase es disminuir las alteraciones de conducta, mejorando la calidad de vida
con el fomento del conocimiento y la curiosidad.
Por último, los objetivos de
intervención con personas con demencia en estadio severo (fast 7) son las de
favorecer la capacidad de discriminación de los sentidos básicos (vista, oído,
gusto, tacto y olfato), mantener la memoria afectiva asociada a estímulos
positivos, reduciendo al mismo tiempo los trastornos conductuales y mejorando
el estado anímico del mayor.
·
Conclusión
Como hemos descrito, la terapia Montessori
en personas mayores se caracteriza por ser cercana, respetuosa, empática y
personal, además es una terapia flexible, dinámica y transversal al ser
adaptada a todas las fases de las distintas demencias, siendo la estimulación y
su participación en los programas ofrecidos muy significativos en cada uno de
ellos.
Por tanto, Montessori es más que un conjunto de
actividades ……
……. Es toda una filosofía del trato a la persona.
Bibliografía.
Buiza, I., Etxeberria, J. J.,
Yanguas, V., Palacios, E., Yanguas, y Zulaica, A. (2004). Una alternativa de
intervención para personas con deterioro cognitivo severo: el método
Montessori. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 39 (supl. 2),
59-124.
Camp C. J. (2010). Origins of
Montessori Programming for Dementia. Non-pharmacological therapies in
dementia, 1(2), 163–174.
Centro de estudios Montessori
(2009). La base del método Montessori. Mundo Montessori. 1,1-32.
Etxeberria, J. J., Yanguas, C.,
Buiza, A., Zulaica, N., Galdona, M. F., y González (2006). Programa de
intervención conjunto familiar-paciente con deterioro cognitivo grave basado en
las actividades del Método Montessori. En 48.° Congreso de la Sociedad
Española de Geriatría y Gerontología y 2° Congreso de la Sociedad Navarra de
Geriatría y Gerontología. Comunicación. Pamplona.
The Montessori Foundation (s.f).
(En: http://www.montessori.org/, consultado en Julio 2019)
Mindfulness para principiantes
Ejercicios de
Mindfulness para principiantes
Se practica sentado en una silla
o en el suelo, o en una posición determinada (la que te resulte cómoda, con la
espalda erguida) y mientras te encuentres en una postura relajada trata de
observar tu respiración (normalmente fijas tu atención en un punto del cuerpo,
por donde pasa el aire al respirar, ya sea el abdomen, diafragma, incluso ponte
la mano encima para notarlo). Cuando involuntariamente dirijas la atención a
otro objeto, debes volver a la respiración. A medida que se avanza y se tiene
control sobre la técnica, puedes empezar a observar el cuerpo, los sonidos, los
pensamientos, sentimientos….. Pero para ello, debes tener un control sobre tu
respiración, ya que cuando empieces a introducir elementos más complejos, como
los pensamientos, debe impedir que tu concentración se desvíe de ellos.
Esta técnica es tan sencilla como
poner la atención al momento presente: lavar los platos, poner la mesa, limpiar
la casa….. Poner toda la atención en la experiencia inmediata para que esta se
convierta en una experiencia más vivida y de paso sentir las sensaciones
agradables que nos producen, anclándolas a emociones y momentos.
Esta técnica consiste en prestar
atención a la experiencia de caminar. Se camina sin ningún propósito,
aprovechando cualquier ocasión en la que se debe caminar y se observan las
sensaciones de los pies, piernas o del cuerpo. También puede incorporarse la
atención a la respiración de la meditación estática, lo importante es estar
presente en cada paso.
4.- Revisión atenta al cuerpo
Técnica también llamada
body-scan, tiene como objetivo restablecer el contacto con el propio cuerpo. En
esta técnica, debes concentrarte esencialmente en las diversas partes del
cuerpo, comenzando por los pies y se va subiendo hasta llegar a la cabeza, se
suelo hacer tumbado y con los ojos cerrados, debiendo observar las sensaciones,
cada vez que conectamos con una zona, sin juzgar y aceptando las sensaciones
desagradables que aparezcan.
Esta técnica incluye diversas posturas
sencillas con el fin de obtener mayor conciencia de las sensaciones corporales,
incluyendo en ella la técnica de la meditación estática y la revisión atenta al
cuerpo a su vez.
Es mezclar yoga y meditación,
produciendo sensaciones de relax en mente y cuerpo.
Al empezar el día, focaliza tu
atención en los objetivos que quieras lograr durante el transcurso de este día,
no hace falta que sea muchos, es mejor concentrar la atención sólo en dos o
tres cosas. Los objetivos, pueden ser laborales, personales o emocionales, pero
lo importante es centrar la atención en cada uno de ellos y lograr alcanzarlos.
Generalmente durante el día
tenemos más de 60.000 pensamientos, además saltamos de uno a otro
constantemente, es la denominada “mente de mono”. Frente a ello, lo último que
pensamos en hacer es en sentarnos y parar para detener nuestro estrés, por lo
cual un buen ejercicio para reducir la intensidad de estos pensamientos es
sentarse y pararse en ellos.
Inmigración y Resiliencia: Emigrando de la Adversidad.
“Jamás ha captado nadie la
belleza de una rosa diseccionando sus pétalos”. Anthony de Mello.
El análisis de la migración y la resiliencia como binomio ha sido poco
estudiado. El proyecto migratorio muestra un carácter de alta vulnerabilidad y
riesgo ante nuevas y mejores perspectivas de vida, pero también es fundamental
destacar los factores protectores que rodean dicho proceso. En este artículo se
reflexiona sobre esas fortalezas personales, familiares y sociales, metas
silenciosas de gran valor para el logro de objetivos y que forman parte de ese
concepto psicológico denominado “resiliencia”.
El enfoque de resiliencia propone un cambio de paradigma
en la manera de visualizar las condiciones de adversidad, del daño se transita hacia la fortaleza. El concepto aplicado a las
ciencias del comportamiento pone de manifiesto la capacidad que el individuo
tiene para enfrentar con éxito la adversidad y la fuerza flexible que permite
resistir y rehacerse después de una condición adversa, constituyendo la
migración fuente emanente de la misma.
La migración asume un carácter
familiar (Gallo, 2004), ya que en sí mismo es una estrategia e incluso un proceso
de vida (existen ocasiones que no se llega a regresar al país de origen) y esas
habilidades y estrategias varían en cada familia, hay que esperar el momento
preciso que incluye, entre otras cosas, tener un trabajo seguro y una
estabilidad económica suficiente para poder comenzar ese nuevo proyecto de vida.
Ante este escenario son muchas
las variables y características a estudiar, intrínsecas a los valores
personales y familiares. La vulnerabilidad y el mecanismo protector es la
capacidad de modificar las respuestas que tienen las personas frente a las
situaciones de riesgo, constituyendo el
polo negativo y positivo de una misma situación (Rutter, 1985), la
migración puede causar una depresión, pero también puede ser una manera de
tener a la familia reunida y equilibrada mental y socialmente, constituyendo un
reto en sí mismo. El factor protector es la influencia que modifica, mejora o
altera la respuesta de una persona ante esa adversidad y proceso novedoso, que
predispone a un resultado no adaptativo y que posee algunas características:
puede no constituir un suceso agradable, tiene un componente de interacción o
puede ser una cualidad o característica intrínseca de la personalidad del
individuo.
Entre esos aspectos que conforman
el concepto de resiliencia, importantes en dicho proceso migratorio, los
estudios avalan de una manera entrelazada,
las siguientes: en relación con los factores personales la etapa evolutiva en la que se encuentre el niño/a, la etapa de la
adolescencia (Oliva, 2007), con sus inseguridades y miedos pueden llegar a conformar una realidad ajena a ellos mismos; la
inteligencia emocional y afectiva adquirida hasta dicha etapa es
fundamental como medio de relación intra e interpersonal; la tolerancia desde un punto de vista adaptativo al medio y
pragmático a su entorno, así como el grado de confianza y aceptación inculcado en su educación que predisponen de
un alto autoconcepto y autoestima a la persona en el desarrollo a esa nueva
realidad, son entre otros aspectos fundamentales,
Por otro lado, las variables
familiares se ordenan desde la seguridad
y la comunicación como punto de flecha hacia un orden más estable,
interaccionando nuevamente con las variables sociales y culturales que
predominen en el país de destino, donde se incluyen, de nuevo, el respeto, la tolerancia y el
resignificado positivo de los valores, como seña de identidad en dicho
trasvase madurativo y emocional, ante las adversidades que puedan acaecer.
En resumen, los tutores de resiliencia, ante un cambio migratorio
se sustentan de una manera multidimensional, siendo factores endógenos
(personalidad) y exógenos (situacionales) los que configuran de un mayor
control y compromiso el valor y rasgo potencial del nuevo modelo.
Mayte Vázquez Resino
Psicóloga Col. M-33219
Bibliografía:
BLANCO, C. (2000). Las migraciones contemporáneas. Madrid-
Alianza.
CYRULNIK, B. (2002). Los patitos feos: La resiliencia una
infancia infeliz no determina la vida.
Barcelona. Gedisa. 2002.
GALLO, K. (2004). Niñez Migrante en la Frontera Norte.
Legislación y Procesos.
OLIVA L. (2007). La emigración el
adulto como factor de riesgo en la autoestima de los adolescentes. Revista Enseñanza e Investigación en
Psicología. Vol. 12, 2.
RUTTER, M. (1993). Resilience: Some conceptual considerations. Journal of Adolescent Health, 14.
Mindfulness en el tratamiento del dolor
El mindfulness, de raíces milenarias, está alcanzando mucha popularidad en los últimos años. La aplicación de esta terapia en dolor crónico comenzó en los años 80. El modelo de tratamiento fue conocido como mindfulness, basado en la reducción del estrés, y ha sido incorporado paulatinamente a las intervenciones en dolor crónico.
El mindfulness (o atención plena) puede considerarse una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación, entendiendo la meditación como una actividad intelectual en la que se busca lograr un estado de atención centralizada en un pensamiento o sentimiento (felicidad, tranquilidad, armonía), un objeto (una piedra), la concentración propiamente dicha, o algún elemento de la percepción (los latidos del corazón, la respiración, el calor corporal, etc.). Este estado se recrea en el momento presente y pretende liberar la mente de pensamientos nocivos.
Practicar mindfulness significa creer que eso va servir para mejorar la calidad de vida en ciertos aspectos, pero no implica necesariamente creencias religiosas o espirituales. Es por eso que con frecuencia se utiliza el término Mindfulness para hablar sobre una especie de meditación basada en los principios de la ciencia. Una versión sistematizada y “aconfesional” de la meditación, capaz de ser moldeada por los descubrimientos científicos.
Una investigación publicada en la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar media hora de mindfulness diaria alivia los síntomas de trastornos como la depresión o la ansiedad. Además, descubrieron que la meditación centrada (procedente de la práctica budista de concentración en el presente y ausencia de juicios de valor) podía tener efectos positivos en la percepción del dolor. Los resultados fueron validados incluso controlando el efecto placebo. Se reportó que el incremento del bienestar perduró hasta medio año.
Se busca desarrollar la habilidad para estar conectado de modo flexible con lo que está pasando en el presente. Para que la conexión se produzca, el sujeto debe tener una actitud de aceptación de los contenidos mentales negativos asociados al dolor, con lo cual se espera minimizar las respuestas automáticas de afrontamiento.
La práctica de la atención plena permite a la persona percatarse de que sus pensamientos y sentimientos son transitorios, siempre cambiantes y frecuentemente orientados ya sea al pasado (recuerdos negativos) o al futuro (preocupaciones), con el grado de estrés que eso involucra. El reenfocarse en la experiencia inmediata es lo que facilita contactarse con la calma del presente, sin quedar atrapados en pensamientos y sentimientos negativos. De esta forma se puede reducir el componente afectivo-cognitivo que amplifica la experiencia del dolor.
Los métodos del mindfulness incluyen:
- Meditación basada en la respiración
- Meditación basada en el cuerpo (escáner corporal)
- Caminar basado en la meditación
- De forma complementaria se usan ejercicios de yoga para mejorar la conciencia del cuerpo, la resistencia y flexibilidad corporal.
El programa de mindfulness basado en la reducción del estrés, tiene un formato grupal y se realiza en ocho sesiones de dos horas cada una. Este programa se cierra con una sesión de día completo intensiva.
En la actualidad se dispone de la información de metaanálisis respecto a la efectividad de las terapias basadas en mindfulness para dolor crónico, siendo sus resultados generalmente favorables. Estos estudios señalan que este tipo de intervención disminuye los síntomas de dolor, el estrés emocional y las visitas a servicios de salud primario.
Bibliografía:
- Brantley, J. Calmar la ansiedad. Descubre cómo el mindfulness y la compasión pueden liberarte del miedo y la angustia. Ed. Oniro. (2007).
- Didonna F. Manual Clínico de Mindfulness. Desclée de Brouwer. (2011).
- González Margarita. Dolor crónica y psicología: Actualización. Rev. Med. Clin.Condes-2014; 25(4) 610-617.
El problema de los celos en los niños.
Los celos son una expresión normal de cualquier niño en esta misma etapa evolutiva, ya que los celos forman parte del normal desarrollo psicológico infantil, es más lo raro es que ningún niño sintiera celos, ya que se sienten desubicados, desplazados, han cambiado su rol de "ser el único niño en la familia", e incluso en muchos casos se sienten desprotegidos e inseguros, ha entrado una nueva figura y ellos lo tienen que adaptar e integrar en su mundo ideal, si lo piensas el nuevo miembro de la familia es como un intruso que les viene a quitar sus cosas y les hace reaccionar a la defensiva, protegiendo su territorio, a su madre y a su padre, en un entorno saludable el niño volverá a la normalidad en unos meses, pero en unos se tarda más que en otros.
Mayte Vázquez
El edadismo, una discriminación silenciosa, por Mayte Vázquez.
“No dejas de reír porque te haces mayor. Te haces mayor porque dejas de
reír” -Maurice Chevalier”
Nuestro objetivo es, no convertir la edad en una norma disfuncional de vida, la edad no
es una patología, ni un trastorno, el envejecimiento es una etapa más de
nuestro ciclo vital, fruto de la experiencia y fortalezas y de la que debemos
disfrutar, haciéndonos conscientes de las emociones más positivas y saboreando
cada momento como único. Actualmente que tanto hablamos de envejecimiento
activo, envejecimiento óptimo, envejecimiento con éxito, debemos hablar de la
edad como algo natural e intrínseco en dicho proceso y desarrollo vital.
Las raíces de la discriminación por edad, no está
clara ni tiene fundamento que la sustente, pero paradójicamente es muy
ilustrativa. Desde un enfoque cultural existen diferencias en el trato a los
mayores, así los países occidentales no abandonan a las personas en el proceso
de envejecimiento, pero sí que es cierto que se sigue sometiendo a las personas
mayores a medidas y actitudes claramente discriminatorias.
Desde la perspectiva social no se debe ni se puede
discriminar, ni con frases, ni con actos a los mayores, siendo además uno de
los problemas que a veces quien lo sufre no tiene los medios necesarios para poder
denunciarlo, es lo que se denomina la “injusticia basada en la discriminación
por edad”, veamos algunos ejemplos de edadismo y de dicha injusticia en nuestros
días:
Una de las muestras de edadismo
más opvias es la discriminación que
sufren muchas personas mayores que quieren trabajar y que tienen la capacidad
de hacerlo bien y se las relega en base a esa “mayoría de edad”.
Más de la mitad de las personas
en situación de desempleo en España (52%) lleva más de un año sin encontrar
trabajo, lo que se considera ser parado de larga duración, siendo la franja de
edad más común entre quienes no han podido encontrar un empleo desde hace más
de un año entre 45 y 55 años.
Cuantas veces, al leer los
anuncios de empleo nos encontramos “mayores de 45 años absténganse”. De verdad podemos
llegar a pensar que ser mayor de 45 años impide incorporarse a un trabajo con
entusiasmo, desarrollarlo con eficacia y eficiencia, colaborar en el éxito del proyecto o acceder a un cargo de liderazgo
y toma de decisiones.
Los colegios profesionales
ensalzan el concepto de “mentorización”,
como aquel en que aquellas personas con edad y experiencia pueden enseñar,
orientar e incluso a lograr objetivos a los jóvenes que vienen detrás., y eso
en todas las organizaciones debería resaltarse como un valor clave,
experiencial y de ejemplo en los planes de desarrollo del talento, dentro de
las mismas.
Según un estudio, solo el 3 % de las personas que
aparecen en la publicidad española son mayores de 65 años, es decir se asocia
la imagen a un producto “difícil de vender”, se juega con el valor de la
estética, los cánones de belleza, cuando se deberían ensalzar valores humanos
como la educación, la formación y las vivencias.
No en vano, se asocia también se mayor a estar
sólo, triste e incluso estar “decaído”
entra dentro de la normalidad, generando en muchas ocasiones compasión y
condescendencia asociada.
Ser mayor es equivalente de ignorancia, es por ello
qué en la práctica es muy frecuente tratar a quienes se han adentrado
en la vejez como si fuesen niños de pocos años y estuviesen
aprendiendo cómo funciona el mundo, cuando todos debemos ser conscientes de que
ser mayor no es sinónimo de sufrir deterioro físico ni cognitivo, ni mental.
También relacionado con el punto anterior, las
personas mayores son vistas como “inútiles”,
no tienen capacidad para pensar, planificar y sobre todo desarrollar esa
autonomía personal y libertad en las parcelas vitales que van aconteciendo. Con
ese control lo que se consigue es favorecen la dependencia y el aislamiento.
Otro
aspecto que discrimina claramente a las personas mayores es la presencia de
barreras arquitectónicas, escaleras empinadas, falta de espacio en lugares públicos
o ausencia de ascensores o rampas de acceso al transporte público, pueden ser algún
ejemplo de ellas.
Este tema
también relaciona la consideración edadista con lo que es estético y
antiestético, tal como ya hemos comentado anteriormente, de esa manera hablar de sexualidad abiertamente en la vejez, la desnudez, la
intimidad y el disfrute de las personas mayores se considera antiestético,
y por consiguiente es discriminada socialmente, ya sea con rechazo claro o con
burlas.
En
términos generales, con esa dependencia, carencia de autonomía y aislamiento
personal y social, al final se tiende a favorecer una sociedad donde se premia la
ignorancia y la falta de autenticidad., está en nuestras manos dejar un buen
legado generacional.
Son muchos los modelos y ejemplos que nos ilustran
y deben servir de referencia ante esta discriminación palpable pero encubierta
y también indicar que “aunque los mayores han cambiado mucho en
poco tiempo, la sociedad no ha cambiado la imagen que tiene de ellos" (G.
Rojo, 2014), por eso la importancia de algunos de estos referentes como
concienciación personal y social.
El primero y como psicóloga es Rocío Fernández Ballesteros, Doctora en Ciencias Políticas y Sociología (1973) profesora emérita de la Universidad Autónoma de Madrid y directora de investigación entre otras líneas de plasticidad cognitiva, enriquecimiento ambiental, salud y envejecimiento, imágenes sobre la vejez y amenaza del estereotipo en el envejecimiento. Actualmente representa y desarrolla el modelo de envejecimiento saludable y competente.
Conclusión.
Desde el aspecto psicológico, el
edadismo influye en las personas mayores a nivel cognitivo, emocional y
conductual, desencadenando aislamiento, soledad y en muchas ocasiones
depresión, a nivel social se les considera “una carga” y por lo tanto se les
excluye. Está en nuestras manos escucharles, respetarles y empoderarles, dando
significado a su proyecto vital y a su autonomía personal.
Gil de Prado, R. (s/f). ¿sabes
qué es el edadismo?. Psicopedia.
Información y recursos sobre psicología. Recuperado de http://psicopedia.org/4652/sabes-que-es-el-edadismo/
Fernández, P. (2014). ¿es la
sociedad actual justa con los mayores?. El
Diario.es. Recuperado de https://www.eldiario.es/norte/euskadi/sociedad-actual-justa-mayores-UPV-geriatrico_0_296420994.html
Psicóloga Colegiada: 33219
FORTALECER LA INTELIGENCIA EMOCIONAL EN LAS PERSONAS MAYORES, por Mayte Vázquez.
La Inteligencia Emocional (I.E) constituye
una de las fortalezas clasificadas por Seligman y Peterson en el Character Strenghts and Virtues; sin
embargo, analizando en profundidad el concepto de Inteligencia Emocional
desarrollado por dichos autores, encontramos que dentro de este concepto global
(establecido por Mayer y Salovey en 1990 inicialmente y difundido por Daniel Goleman en 1995 en su libro con el mismo nombre) se
trabajan algunas otras fortalezas importantes como son la creatividad, la resiliencia, la apertura a la experiencia, el
agradecimiento o las relaciones sociales entre otras, es por ello significativo
en este artículo no solo destacar la importancia de la Inteligencia Emocional
en el envejecimiento activo y con éxito de nuestros mayores, sino también
habilidades que se relacionan con la misma y que han sido y son objeto de
estudios en numerosas investigaciones.
·
Inteligencia
Emocional de nuestros mayores.
La Inteligencia Emocional es una
de las fortalezas que en equilibrio configuran a una persona valiosa y segura,
tanto a nivel personal como en relación con las personas que la rodean. Llegar a mayor emocionalmente sano, sabiendo apreciar
el presente, ajustándose a cada momento, adaptándose al entorno y por supuesto
desarrollando un enfoque relajado y optimista es sinónimo de un envejecimiento
activo y con éxito.
La sociedad actual refleja una
visión negativa de las personas mayores, donde cumplir años se asocia a un
declive físico, unas capacidades cognitivas mermadas, lo cual provoca
situaciones de aislamiento social, soledad y por ende de desequilibrio
emocional, con connotaciones más negativas que positivas. Nuestro objetivo es cambiar
esa visión de pérdidas por ganancias, de ensalzar los éxitos y no los fracasos,
de resaltar la experiencia vital y no el sufrimiento y por ello el objetivo es concienciar, prevenir y educar en el
desarrollo de esa capacidad emocional.
La personalidad, el entorno, la
familia son variables que median en el enfoque vital de la persona (modelo
biopsicosocial) pero ¿qué capacidades denotan las investigaciones al respecto y
cómo podemos potenciarlas?, pasemos a analizarlo brevemente.
·
Investigaciones y Planteamientos sobre la
I.E. en personas mayores.
Al hilo de lo anterior, llegar a
mayor con flexibilidad emocional garantiza el optimismo, la esperanza, el
bienestar y por supuesto ese concepto tan atrayente como es la felicidad.
Las investigaciones en este campo relacionan esta fortaleza con otras
también significativas como son la resiliencia o el sentido vital, no olvidemos
que en culturas como las orientales donde
prevalecen la serenidad, el positivismo emocional y se cultivan el entrenamiento
mental y el sentido vital son más longevas y felices (García, H. y Miralles F.
2016). De hecho, llama la atención un estudio realizado en la Universidad de
Yeshiva que determinó que las personas longevas comparten dos actitudes vitales
comunes muy importantes: el positivismo y la expresividad emocional
elevada.
Más próximo a nosotros, un estudio de Ramírez E. y cols. (2015) de la Universidad de Jaén, muestran las fortalezas como rasgos de la personalidad y que están presentes en nuestra calidad de vida, se trata de potenciar las fortalezas, educarnos durante todo el ciclo vital de manera emocional y ser conscientes de ello para conseguir individuos más felices con nosotros mismos y con nuestro entorno.
Otras investigaciones nos indican
que la habilidad para manejar las emociones, así como para reconocer los
sentimientos propios y ajenos, mejoran de forma notable a partir de los 60
años, así Enrique Lombardo en su artículo sobre “intersecciones teóricas en la vejez” (2012) nos presenta un trabajo
bajo la perspectiva del bienestar, donde los factores externos e internos se
controlan mejor combinando estrategias
de descompromiso, selección, y reevaluación de manera de regular la vida emocional hacia formas de equilibrio y
armonía, es decir que la persona a lo largo de su vida va desarrollando
recursos y al llegar a esa franja de edad, realizan una comprensión mejor de
sus fortalezas en general y de su proceso de envejecimiento en particular, en
síntesis sería la denominada teoría de la integración cognitivo-emocional
al plantear que las personas mayores, en
vista de unas realidades que no pueden controlar, optan por propiciar las emociones positivas como clave de equilibrio, de
felicidad y deseabilidad social.
En este marco de teorías
psicosociales y emocionales del envejecimiento, resaltar la teoría de la
selectividad socioemocional, desarrollada por la psicóloga de Stanford,
Laura Carstensen, (1993), donde la persona toma conciencia de que la vida se
está agotando, focalizando las conductas a experiencias
emocionales gratificantes, se trata de disfrutar del momento, del aquí y
ahora.
No debemos olvidar el carácter
que imprime Fernández Ballesteros, R. (2009) en este envejecimiento activo, donde las emociones activas son indicadores
de éxito. “Las emociones son
herramientas fundamentales de adaptación: en tanto proporcionan el requisito
básico para el aprendizaje (la evaluación del significado de los estímulos) y
activan cambios conductuales, fisiológicos y hormonales que se asocian con
estilos cognitivos y conductuales idóneos para el afrontamiento de situaciones”.
Verdaderamente lo que sobresale en
todos estos marcos teóricos y estudios mencionados, es su aspecto integral en todas las variables
que lo conforman y no se deben “perder de vista” al estudiar a la persona mayor
de una manera global, aspectos fundamentales como su estado bio-fisiológico, cognitivo, contexto
social, familia, cultura, etc. por ello queda mucho trabajo que seguir
desarrollando.
·
Hacia un cambio de paradigma. Potenciar la Inteligencia
Emocional de los mayores.
De manera general, el
envejecimiento activo y su expresión emocional, no es solo una
conceptualización actual que trata de evitar una vejez decadente y dependiente,
hay que evitar la frivolidad, creando
un estilo de vida y unas pautas de
funcionalidad intelectual y emocional que relacionen al individuo en esa
prosperidad.
Más específicamente, podemos desarrollar
tareas que traten de incrementar esa Inteligencia Emocional en el entorno del
mismo:
.- Desarrollo de la narrativa y comunicación escrita. Ante el afrontamiento de situaciones denominadas “estresoras”, debemos aprender a desarrollar un cambio mediante la representación escrita, plasmando nuestros miedos, nuestro malestar tratando de conferir sentido a las malas experiencias.
.- Desarrollo de la escucha activa.
Debemos poner el foco de atención en lo que nos están contando, atendemos y al
final reflejamos lo que sentimos ante esa conversación o mensaje ajenos, con
ello no solo fomentamos la comunicación, también la interacción social y la
empatía.
.- Desarrollo de habilidades sociales. Aunque suene “a tópico”, acudir a actos sociales, participar en asociaciones y desarrollar
la interacción inter e intragrupos, sirven para dotar a la persona de seguridad
y confianza, reforzando sus emociones.
.- Desarrollo de la fortaleza de la gratitud. La
gratitud además de ser un antídoto contra la depresión, caracterizan a una
persona optimista y armoniosa, por eso ejercicios de gratitud diaria y su
reflexión, ayudan a la potenciación de estados más positivos.
.- Desarrollo de la fortaleza del perdón. Cultivando el perdón a lo
largo de nuestra vida, nos hace mantener una mente más amplia, nos ayuda a no
centrarnos en lo negativo, sin excusas, ni reproches. La carta del perdón, ante
un tema inconcluso con alguna persona de nuestro pasado o que nos “remueve
emocionalmente” puede conseguir ese equilibrio.
.- Desarrollo de la creatividad y la apertura a la belleza. Estas
fortalezas si además las realizamos en compañía, nos llenan de mayor plenitud:
ir a museos, desarrollar la pintura, escritura creativa, danza etc., pueden ser
ejemplos de ello.
.- Despolarizar el pensamiento. Practicar actividades como yoga o “mindfulness” ayudan al equilibrio
emocional al eliminar juicios y etiquetas de valor sobre aquello que
ocurre a nuestro alrededor.
.- Desarrollo de la apertura a la experiencia. Aprendiendo a ser
más flexibles y dinámicos, reconociendo mejor nuestros estados emocionales,
ponerles nombre y exteriorizarlos forman parte de esa dinámica emocional a lo
largo del ciclo vital. Es curioso que nos enseñan a identificar el miedo, la
tristeza o el enojo, aprendamos también a identificar la alegría, la ilusión y
el entusiasmo, el diario de experiencias agradables al finalizar el día es de
gran ayuda, además asociar hechos y experiencias agradables a un objeto y
llevarlo con nosotros ayudan a combatir
los momentos “menos buenos” que nos
puedan acontecer.
.- No focalizar nuestra motivación en un solo objetivo. La vida está
llena de experiencias que debemos adaptar a nuestro estilo de vida y
necesidades.
·
Conclusión
El desarrollo de la inteligencia emocional requiere tiempo y entrenamiento, como hemos visto habilitar a nuestros mayores en dimensiones como la empatía, la regulación emocional o las habilidades sociales favorece de forma notable el propio proceso de envejecimiento. Nuestro objetivo es hacernos conscientes e interiorizar y gestionar las emociones de la manera más óptima, y con ello conseguir no solo un envejecimiento sano, sino un autoconocimiento más positivo y una mejor calidad de vida, está en nuestras manos y en las de nuestra sociedad ayudar a conseguirlo.
“Hasta el viaje más largo comienza con un solo paso.”. Proverbio japonés.
·* Referencias
Carstensen, L.L. (1993). Motivación
para el contacto social a través de la vida: una teoría de la selectividad
socioemocional. Lincoln: University of Nebraska Press. (40), 209-254.
Fernández, R., (2009). Envejecimiento
activo: contribuciones de la Psicología. Madrid. España. Pirámide.
García, H. & Miralles F., (2016). Ikigai, los secretos de Japón para una vida larga y feliz.
Barcelona. España, Urano.
Lombardo, E., (2012). Psicología positiva y psicología de la vejez.
Intersecciones Teóricas. Revista
Psicodebate. Facultad de ciencias Sociales. Universidad de Palermo.
Recuperado de https://www.palermo.edu/cienciassociales/investigacion-y-publicaciones/pdf/psicodebate/13/Psicodebate_N13_03b.pdf
Peterson, C y Seligman, M., (2004).
Character strengths and virtues: a handbook and classification. Oxford
University Press.
Ramírez E, & Ortega, A.R., y Martos, R., (2015). Las fortalezas
en personas mayores que aumenta el bienestar.
European Journal of Investigation in Health. 5 (2), 187-195.
Segura, S., & Aguilar, J., y Lorenzo, J., (2011). Envejecimiento activo y psicología positiva de la vida. International Journal of Developmental and Educational Psychology, 4 (1), 127-132.
LA IMPORTANCIA DE LA FORTALEZA EMOCIONAL EN EL ÁMBITO LABORAL, por Mayte Vázquez.
El Tema de la Inteligencia Emocional
en el ámbito laboral y organizacional es un tema que siempre nos ha atraído por
su falta de lógica y comprensión. El empresario siempre más “obsesionado” en
lucrarse materialmente en vez de preocuparse por las necesidades emocionales de sus empleados
y los trabajadores más interesados en
evadir problemas y en que pase rápida la
jornada laboral, que de estar satisfechos
con el trabajo realizado y por ende con ellos mismos.
Parece paradójico ¿verdad?, porque
el objetivo de una Empresa es que el empresario tenga contentos y satisfechos a
sus trabajadores y éstos más motivados y auto-realizados llegarán a rendir más,
convirtiéndose en una relación provechosa para ambos a corto y largo plazo.
En el ámbito laboral, es donde pasamos la mayor parte de las horas del día, y la interacción con nuestros compañeros, con clientes, con proveedores, con jefes, etc., es la base del sistema orgánico de la Empresa y ahí radica su éxito, no solo que todos los empleados aprovechen al máximo sus capacidades, sino que también ayuden a otras personas a hacer lo propio. Debemos recordar que casi todos los trabajadores experimentan sensaciones de “hartazgo” en un momento determinado y que en España se invierte muy poco en prevención de riesgos psicosociales.
La Idea de que la falta de Inteligencia
Emocional en una Empresa tiene un coste
y que incluso con el tiempo puede llevar a la quiebra, es una idea que todavía
muchos empresarios son reticentes a aceptar. En el libro de Daniel Goleman,
sobre inteligencia emocional, se nos describen numerosos estudios realizados
donde se afirma que así es. Cualquiera
de las muchas deficiencias emocionales de un equipo de trabajo se traduce en un
descenso de la productividad.
¿Cuáles son esas herramientas,
que todos hemos oído hablar, y son tan valiosas y que debemos aprender a
manejar? ¿Deben los empresarios motivar
a sus empleados? ¿Qué retos, además del incentivo económico, deben conocer los
trabajadores en su desarrollo profesional?: la autoestima, la responsabilidad,
el orgullo, la motivación, las dotes comunicativas, éstos conceptos son los que
vamos a pasar a desgranar de una manera
sencilla, y que aunque parezcan difícil llevar a la práctica, no dejan de ser
un aprendizaje más en el desarrollo de nuestras vidas.
Lo primero a tener en cuenta es
que nuestra valoración del trabajo está
directamente relacionada con el esfuerzo que nos implica, es la
inteligencia emocional la que nos ayuda a reflexionar, a tomar decisiones, a
asumir riesgos y a conseguir nuestros objetivos, si lo hacemos en nuestra vida
cotidiana como no lo vamos a llevar a la
práctica en el desarrollo de nuestra profesión.
Somos nosotros los que debemos
liderar nuestras emociones y no
convertirnos en víctimas de presiones y emociones negativas que a la larga
desembocan en desmotivación, ansiedad e incluso en estrés y depresión. Las
capacidades con las que debemos contar para convertir esas emociones en
funcionales son:
.- Conciencia
Emocional: capacidad de interpretar y comprender nuestras emociones y
estados de ánimo, esto se traduce en identificar lo que sentimos en todo
momento, ser conscientes de lo que
hacemos mal y tener capacidad de poderlo cambiar, sin buscar culpables en los
compañeros que nos rodean.
.- Autodominio Emocional,
que implica adquirir las herramientas necesarias para salir de los estados de
ánimo disfuncionales. Si en un momento concreto tenemos que darnos cinco
minutos para respirar profundamente y poder reflexionar conscientemente, hará
que veamos las cosas de otra manera.
.- Liderazgo Emocional,
fruto de lo anteriormente expuesto, es la capacidad para generar los estados
emociones en nuestro entorno laboral que sean funcionales a la calidad de
nuestros vínculos y que posibiliten la realización de las acciones que debemos
efectuar con la efectividad necesaria para el logro de nuestros objetivos.
En resumen, tanto en el espacio
profesional como en el personal se requiere gestionar con liderazgo la
inteligencia emocional.
·
El Empresario debe desarrollar:
Lo primero que debemos constatar
es que para ser un buen directivo se
deben tener unas capacidades en
relación con las tareas de los trabajadores a nuestro cargo y que son:
.-
La definición de las tareas a realizar
.-
La repartición del trabajo y de las responsabilidades
.-
La planificación de las tareas a realizar
.- El seguimiento de la actividad de sus trabajadores
Y
más importante, se deben desarrollar las habilidades en nuestros empleados que pasamos a
describir:
.- La comunicación.
La primera premisa para un buen
líder es la constancia y saber negociar, pero no se puede hacer nada de esto
sin una buena comunicación, por lo cual la
primera herramienta emocional que debemos conocer es la comunicación,
gracias a ella, mejoramos:
.- el respeto
.- la cooperación.
.- la resolución de conflictos
.- afrontamiento positivo a las críticas negativas
.-La
Auto-Motivación
Este es un concepto en todos los
sentidos “pro-social”, no solo se motiva a los trabajadores para que rindan en
su puesto de trabajo, sino en su vida personal. La auto-motivación es la
dirección de un esfuerzo, nos damos perfectamente cuenta de que un sistema
motivacional predispone a la persona a conseguir objetivos dentro de un sistema
de creencias y valores. Se debe predisponer a los trabajadores al cambio, a la
flexibilidad que deriven en una conducta que pueda generar cambios positivos y
por ello conseguir el logro y las metas propuestas.
La Empresa, en su conjunto, no deja de ser un elemento de Motivación Extrínseca
que debe identificar deseos y necesidades, el empresario en todo momento
debe crear un ambiente emocional estable, positivo, reforzador y convertir a
esos líderes en referentes con los que identificarnos.
La meta va a ser siempre la
fuente de motivación más poderosa, pero nunca olvidar que éstas deben ser
específicas, tangibles y alcanzables. Los empresarios no deben valorar a sus
empleados por ordenarles “sueños imposibles” y una vez alcanzados se deben
reforzar positivamente para que el trabajador se sienta retroalimentado,
confiado y disponible para realizar un esfuerzo mayor.
Si potenciamos actitudes, se
potencia la constancia y la pasión por el trabajo, el hacer que un trabajador
se sienta reconocido es hacerle sentir satisfecho. De acuerdo con David
McClelland conseguir el logro, es conseguir el éxito y ese debe ser objetivo
prioritario del líder o empresario.
Concepto clave en el desarrollo
profesional, si no nos sentimos valorados intelectualmente, carecemos de
confianza, no nos sentiremos motivados y
no lograremos lo objetivos propuestos, somos conscientes que todos los conceptos en el desarrollo de la
inteligencia emocional están interrelacionados y todos ellos deben desarrollarse
y confluir en igualdad de condiciones y oportunidades. Todo lo que el hombre
llega a ser lo tiene por sí mismo, es por eso que a la autoestima se le ha llamado la clave del éxito profesional y
personal.
El desarrollo profesional
conlleva un desarrollo personal, el trabajador si no se siente útil y estimado termina
con ansiedad y quemándose “Burnout” consigo mismo y con sus compañeros, por eso
el líder debe brindar el trabajo como un
camino de crecimiento personal, de manera que la autoestima y la competencia
profesional crezcan juntas y se fortalezcan la una a la otra, mientras se evita
caer en el error de identificar valía personal con éxito profesional (Branden,
1999).
.-
La Asertividad y la Empatía
La Asertividad es una expresión
de la Autoestima. Es la herramienta básica
que nos permite reconocer las emociones y sentimientos de los demás y
reaccionar convenientemente, así como emplear las emociones para resolver
conflictos, nos ayudan a trabajar en equipo y a sentirnos motivados.
La Empatía es la clave para
convivir, ser empático y respetuoso es una cualidad importante para gestionar
ese día a día, en el que pueden aparecer conflictos que deben solucionarse de
manera eficaz y evitar problemas mayores. Si sabemos ponernos en el sitio del
otro y comprender sus reacciones, el entorno laboral será más sano y esto
repercutirá directamente sobre nosotros siendo un elemento fundamental a
desarrollar diariamente y cuyo objetivo es lograr: Un buen ambiente de trabajo.
.-
La Resolución eficaz de Conflictos y la escucha activa.
Esta es una facultad esencial para
todo líder en la relación con sus
trabajadores, debe saber y aprender a
convertir los conflictos en oportunidades. Lo que el empresario debe hacer
es utilizar al trabajador como colaborador en situaciones que a priori pueden
verse como una amenaza y convertirlos en “ventanas abiertas” para ambas partes.
Y aquí es donde volvemos a dar paso al autoconocimiento y la autoestima como
claves para solucionar conflictos, ya que todos debemos ser conscientes de
nuestras necesidades, valores, creencias y objetivos.
Un buen líder debe aprender a
prevenir conflictos y ser consciente de
encontrar diferentes formas de satisfacer una misma necesidad, desarrollando la
comunicación, la creatividad y la
escucha activa con sus empleados.
Tras lo expuesto y como conclusión creemos que un buen líder debe contar con unas buenas actitudes pero también aptitudes a desarrollar y que en algunas Empresas llevan a cabo con un buen Plan de intervención y desarrollo de habilidades socio-emocionales.
Creemos que el desarrollo de
todas estas capacidades por ambas partes
no es tarea fácil, pero sin esfuerzo no se logran objetivos y de lo que se
trata es de conseguir el equilibrio y el mayor bienestar posible, de ahí que lo que hemos querido constatar es
la importancia de todos estos conceptos tanto en el desarrollo personal y
profesional del individuo.
Para finalizar y para el que
quiera ampliar en estos temas, me gustaría agregar dos enlaces:
http://www.monografias.com/trabajos91/la-asertividad/la-asertividad2.shtml#laasertiva
http://campusolidario.unir.net/la-inteligencia-emocional/
Y por último y como resumen acabamos con estas frases:
Lo que realmente importa para el éxito, carácter, felicidad y logros
vitales es un conjunto definido de habilidades sociales, no solo habilidades
cognitivas que son medidas por tests convencionales de coeficiente
intelectual.-Daniel Goleman
La persona inteligente emocionalmente tiene habilidades en cuatro
áreas: identificar emociones, usar emociones, entender emociones y regular
emociones.-John Mayer.
Mayte Vázquez Resino
Psicóloga de las
Organizaciones y Sanitaria
Fuentes y
Bibliografía:
.- Goleman D. (1996).
Inteligencia Emocional. Madrid: Kairós.
Eficacia, eficiencia y efectividad en el tratamiento multidimensional de la esquizofrenia: proyecto Rethinking, por Mayte Vázquez.
Eficacia, eficiencia
y efectividad en el tratamiento multidimensional de la esquizofrenia: proyecto Rethinking
En este trabajo se realiza un análisis crítico sobre el artículo de Crespo-Facorro, B. y cols. (2017), donde se aborda la esquizofrenia desde un punto de vista multidisciplinar y multidimensional, teniendo en cuenta la eficacia, eficiencia y efectividad en su tratamiento.
La esquizofrenia es el trastorno más frecuente dentro de los síndromes psicóticos no afectivos, se trata de un síndrome heterogéneo, cuyo índice de mortalidad afecta al doble respecto a las personas normales y cuyos tratamientos de índole farmacológico incide en el paciente reduciendo, aún más su capacidad; por ello la esquizofrenia requiere un abordaje multidimensional, desde un planteamiento biopsicosocial y de ahí la necesidad de este Programa, que pasaremos a describir a continuación.
Los síntomas funcionales determinan el tratamiento, son los síntomas positivos como las alucinaciones, delirios o la desorganización conceptual los más representativos, que normalmente son tratados con fármacos y terapia cognitivo-conductual. El 58% de los síntomas negativos están presentes durante el primer episodio y junto con los síntomas cognitivos, tienen un elevado impacto sobre el funcionamiento del paciente. Así mismo se destaca la poca importancia recibida por parte de los síntomas afectivos, siendo los estudios de eficacia y efectividad sobre estos síntomas, totalmente escasos y paradójicamente el número de prevalencia de suicidio consumado asciende al 4,9%.
Dos terceras partes de pacientes con esquizofrenia que no han recibido tratamiento, presentan síntomas motores. Con toda esta sintomatología se hace necesaria un abordaje del tratamiento que cubra esa necesidad de efectividad, eficacia y eficiencia.
Las
comorbilidades más frecuentes son las relacionadas con los factores de riesgo
cardiovascular y metabólico, además problemas bucodentales, osteoporosis o el
tromboembolismo pulmonar también están presentes, además de estas
comorbilidades físicas, existen otras relacionadas con adicciones como al tabaco,
cannabis u otras sustancias, que hacen también necesario ese abordaje desde la
eficacia, eficiencia y efectividad con el propósito es establecer hábitos de
vida saludables, disminuyendo con ello los riesgos cardiovasculares y
metabólicos y obteniendo una recuperación funcional
¿Cómo se realiza la evaluación e intervención de los síntomas cognitivos?
La adherencia al tratamiento es de gran relevancia, junto a las recaídas producidas, por las consecuencias clínicas y socioeconómicas que se producen, por ello es necesario una evaluación, tanto del insight del enfermo como de la experiencia subjetiva. Si el objetivo es evaluar el insight puede ser mediante la Escala de Insight de Birchwood, si el objetivo es la evaluación de los tratamientos psicosociales, se realiza con la Escala de Insight cognitivo de Beck, o el cuestionario de creencias personales (PBIQ-R) de no conciencia. Los siete dominios de la cognición afectados en la esquizofrenia se miden mediante el SCIP, o el BADS. También se han desarrollado entrevistas cognitivas como es la SCoRS, que pueden ayudar a valorar el nivel del trastorno cognitivo del paciente.
En
cuanto a los tratamientos, los farmacológicos ofrecen limitaciones como hemos
visto en la sintomatología negativa, por ello un tratamiento que ayuda a rehabilitar
el funcionamiento cognitivo es el CRT (Técnicas de rehabilitación cognitiva).
El proyecto Rethinking.
De acuerdo con el modelo biopsicosocial, y tras lo expuesto anteriormente, se plantea la necesidad de planes individuales de atención, donde predomine la calidad de vida, la autonomía y la capacidad funcional desde tratamientos integrados y cuyo objetivo sea erradicar los estigmas y favorecer la inclusión. El grupo Rethinking, de forma interdisciplinar aporta una reflexión y propuestas para priorizar líneas de de actuación que incluyan parámetros de eficacia, efectividad y eficiencia, que permitan abordar las necesidades no cubiertas e identificadas en este trabajo.
Mejoras en el proceso de
intervención. Necesidad
de seguir investigando.
Creemos que queda mucho por hacer en este campo, la inserción de estos pacientes a una sociedad igualitaria, funcional y diversa es nuestro mayor deseo. Otro aspecto, no contemplado en este trabajo es el de la preocupación por las necesidades afectivas de la familia, pareja y amigos, el trabajo de los cuidadores, sus emociones y sus interacciones deben integrarse en programas de bienestar. Otro aspecto importante dentro de las investigaciones sería determinar el componente genético de las psicosis, los contextos de pobreza y los aspectos comórbidos de las adicciones, sobre todo el cannabis.
Se
deben seguir desarrollando programas de concienciación y educación como el aquí
presentado, mejorando el insight del
paciente y disminuyendo las recaídas, facilitando estrategias que
intenten una recuperación funcional, empoderando a los pacientes y erradicando el
estigma social que les rodea.
5.- Bibliografía
Crespo, B., Bernardo, M., Argimon, J. M.,
Arrojo, M., Bravo, M. F., Cabrera, A. et al. (2017). Eficacia, eficiencia y efectividad en el tratamiento multidimensional de la
esquizofrenia. Revista de Psiquiatría y Salud Mental, 10(1),
4-20.
Algunos trastornos de la conducta alimentaria: obesidad y atracones por Mayte Vázquez.
Los trastornos de la conducta alimentaria se asocian a
diferentes dificultades en emociones,
conductas y pensamientos que se deben evaluar para conocer la afectación
que está produciendo y poder acabar con las conexiones que están manteniendo la
dificultad.
Por tanto antes de realizar un tratamiento personalizado, se debe realizar una evaluación
global de todos estos aspectos:
- Biológico: revisión médica, analítica general y vitamínico,
hormonal, exploración de la medicación, peso, talla, IMC (peso en kg/talla
en m2).
- Condiciones
médicas; enfermedades.
- Condiciones
bajo las que el dolor aumenta y se reduce.
- Historia biográfica.
- Hábitos de alimentación.
- Creencias: mitos o ideas sobre el mismo, actitud hacia el
mismo e incluso actitud de las familias de origen (ideas, conductas,
comentarios…).
- Circunstancias de vida: trabajo, pareja, hijos, amigos, economía etc.
- Factores psicológicos: ansiedad, estrés, depresión, baja autoestima,
evaluar como factores de inicio o de mantenimiento.
- Factores de personalidad.
- Soluciones intentadas.
- Descripción
subjetiva de imagen corporal.
- Antecedentes y consecuentes (qué factores anteceden y han influido y qué
factores posteriores ha provocado a corto plazo y largo plazo).
- Consumo de sustancias y/o
alcohol.
- Autorregistros: vida cotidiana, pensamientos e ideas sobre
comida y alimentación, momentos de alimentación (cantidad, frecuencia),
momentos expulsivos (vómitos, otros) imagen corporal, factores ambientales,
etc.
Otros temas importantes a evaluar
- Valorar
la actividad diaria de la persona (nivel energético).
- Pensamientos
de la persona sobre alimentación y silueta (presentes y anticipatorios de
medidas purgativas o restrictivas) y su repercusión.
- Habilidades
para hacer frente a estas medidas restrictivas.
- Activación
psicofisiológica.
- Presencia/ausencia
consumo de sustancias.
- Recoger
información de la familia (contrastar).
Tratamiento psicológico de los trastornos por atracones o sobreingesta compulsiva
Los tratamientos de la conducta alimentaria se
encuentran bien establecidos y han probado su eficacia (Saldaña et al., 2001).
Los tipos de terapia que se están llevando a cabo en pacientes con trastornos
de la conducta alimentaria recogen formato individual y grupal con buenas tasas
de adherencia y de éxito.
Los trastornos por atracones no se encuentran tan estudiados,
no obstante, podemos reunir algunos de los componentes y técnicas de programas
que se han realizado al respecto:
- Psicoeducación en alimentación
y atracones: al
igual que en los anteriores casos, debemos valorar el estado en el que la
persona se encuentra y si se encuentra decidida a cambiar estos patrones
disfuncionales de alimentación.
La educación sobre los efectos de los atracones y su relación con las emociones debe ser explicada desde el comienzo. Es fundamental aportar una educación alimenticia adecuada, establecer unos patrones de alimentación adecuados y no restrictivos, en el que se incluyan todo tipo de alimentos y mantener, independientemente del hambre que se tenga, los horarios y patrones de comida establecida, para evitar episodios de voracidad. Nos ayudaremos de un nutricionista para establecer una dieta progresiva y adecuada para la persona. Establecer una alimentación adecuada para su edad, sexo y nivel de actividad. De esta forma, reducimos la posibilidad de que aparezcan los temidos atracones y de que la persona sienta que tiene la capacidad de control. - Aumento del autocontrol: exposición con prevención de respuesta (en
imaginación primero y en vivo posteriormente, supervisada y en solitario).
- Técnicas de distracción
cognitiva.
- Intervención
sobre estado de ánimo del paciente y alternativas a los atracones como
forma de reducir tensión.
- Programa de actividades
agradables.
- Programa de actividad física.
- Técnicas de relajación.
- Control de contingencias.
- Identificación de situaciones
de riesgo.
- Intervención sobre pensamientos
negativos, detección y reestructuración de los mismos.
- Técnica de resolución de
problemas.
- Habilidades sociales.
- Prevención de recaídas: mantenimiento para evitar posibles recaídas.
Tratamiento psicológico por obesidad
El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El estilo de vida occidental ha convertido a la obesidad en una verdadera “enfermedad social”.
Nuestra calidad de vida se ve afectada por las enfermedades asociadas que conlleva la obesidad (diabetes, cardiopatías, hipertensión, apnea del sueño, etc.). Dificulta el funcionamiento diario y se reduce la esperanza de vida en la persona obesa.
¿Cómo puede ayudar el tratamiento psicológico?
Actuando sobre las distintas causas y consecuencias del trastorno, haciendo hincapié en:
·
Potenciar la motivación y generar hábitos
saludables de alimentación y ejercicio que sea sostenible.
·
Controlar la ansiedad para controlar atracones.
·
Estabilizar, en caso necesario, el estado de ánimo
(depresión, tristeza).
·
Desarrollar habilidades sociales.
·
Enseñar técnicas de resolución de
problemas.
·
Favorecer tu autocontrol.
·
Manejar la insatisfacción corporal
·
Aumentar la autoestima, el autoconcepto, las expectativas de
autoeficacia y logro (sentir que eres capaz)
· Manejar la culpa y la vergüenza en caso necesario.
Elementos del Tratamiento Psicológico en obesidad.
- Psicoeducación
en alimentación y atracones. Es fundamental aportar una educación
alimenticia adecuada, establecer unos patrones de alimentación adecuados y
no restrictivos, en el que se incluyan todo tipo de alimentos y mantener,
independientemente del hambre que se tenga, los horarios y patrones de
comida establecida para evitar episodios de voracidad. Nos ayudaremos de
un nutricionista para establecer una dieta adecuada para la persona.
Establecer una alimentación adecuada para su edad, sexo y nivel de
actividad. Por otro lado, y al igual que en la sobreingesta es
importante explicar y detectar si existe una relación con estado de ánimo
negativo.
- Fomento
del autocontrol:
- Técnicas
de control de contingencias.
- Técnica
de distracción cognitiva.
- Autoinstrucciones.
- Relajación.
- Intervención
en pensamientos negativos y distorsiones cognitivas.
- Programa
actividad física.
- Programa
actividades agradables.
- Técnicas
de autorrefuerzo.
- Técnica
de resolución de problemas.
Tratamiento psicológico atracones de comida
Hemos definido anteriormente la presencia de atracones
como la ingesta de cantidades importantes de comida en un breve periodo de
tiempo, en el que la persona tiene una sensación de haber perdido el control,
por lo que generalmente tratan de mantenerlo oculto.
Al comienzo o durante ellos, la persona puede tener
sensaciones agradables y de liberación de tensión, pero no dura mucho y se
sienten disgustados por la sensación de descontrol.
Una de las hipótesis que existe en cuanto a la sobreingesta es que pueden existir componentes emocionales que desencadenen estos episodios, aunque no siempre se relacionan; sin embargo, se han encontrado otros desencadenantes: como «sentirse gordo», la realización de dietas previas y el hambre asociada, el efecto de violación de la abstinencia (saltarse algún punto de la dieta y ya saltárselo todo), estar a solas, consumo de sustancias, etc
En cuanto al tratamiento, nos basaremos en la terapia
para atracones de Fairburn, que señala una intervención en 6 etapas:
- Etapa 1. Autocontrol, pesarse semanalmente.
- Etapa 2. Comer con regularidad, para ello establecer un patrón regular de alimentación y el abandono de medidas purgativas.
- Etapa 3. Alternativas a los atracones. Alternativas sustitutorias.
- Etapa 4. Resolución de problemas y revisión. Técnicas de resolución de problemas y revisión del progreso logrado.
- Etapa 5. Dietas y formas relacionadas de evitar comidas. Eliminar las formas de hacer dieta y superar otras formas de evitar comidas.
- Etapa 6: ¿Qué hacer ahora?
No dejes de leer:
Saldaña, C. (2001). Tratamientos psicológicos eficaces para trastornos del comportamiento alimentario. Psicothema, 13(3), 381-392.
Trastorno
por atracón y obesidad; extraído de :
http://www.centregaudi.com/down/transtorno_obesidad.pdf
El concepto de resiliencia en personas mayores por Mayte Vázquez.
1.- LA RESILIENCIA EN LA
LITERATURA CIENTÍFICA
El concepto de resiliencia no es nuevo, aunque su estudio
científico sea reciente, su realidad es antigua. Revisando la literatura
científica intentaremos describir los conceptos que ayudaron a su aparición. En
la década de los 70, Anthony (1982) y cols. estudiaron a niños en entornos de riesgo, el objetivo era
observar el desarrollo del niño antes de que aparecieran patologías, para
“descubrir” en que grado y como moldeaban su vida ante lo riesgos afrontados,
las vulnerabilidades y las inmunidades que aportaban esas situaciones, así como
las defensas, competencias, capacidades y defensas desarrolladas para
sobrevivir psicológicamente. Fue entonces cuando se introdujo el concepto de
vulnerabilidad y los estudios en esta área se han centrado ante todo en el
riesgo que corren algunos niños de desarrollar patologías, pero también el de
la invulnerabilidad, es decir el efecto de no desarrollar trastornos predichos
ante las mismas situaciones de riesgo y de ahí que Anthony (1987) desarrollara
una clasificación de cuatro categorías de personas: las “hiprvulnerables”, las
“pseudovulnerables”, invulnerables y las no vulnerables.
Siguiendo con las situaciones de alto riesgo, un estudio
centrado en la pobreza, de Ruther y colaboradores (1975) con niños negros
residentes en la isla de Wight permitió demostrar que la presencia de un solo
factor de riesgo no aumenta la probabilidad de que aparezca un trastorno
psiquiátrico, pero la presencia de dos factores la multiplica por cuatro. El
segundo campo de investigación, se refiere al
estrés, Fortin y Bigras (2000) recuperan la definición de estrés de Lázarus y
Folman, implicando a la resiliencia en “estrategias de ajuste eficaz” con el
fin de mantener el equilibrio, externo o interno. El tercer dominio es el de los traumas, según Bourguignon (2000),
trauma designa un “acontecimiento interno que trastorna al sujeto con
consecuencias inmediatas”, un trauma puede ser una guerra, un duelo, un
maltrato, un incesto, etc., y la resiliencia juega un papel importante,
partiendo de la no invulnerabilidad absoluta, sino de la inmunidad relativa
ante los sucesos y periodos difíciles de la vida, demostrando una cualidad no
es fija, cambia según el momento y las circunstancias y también según los
traumas y las construcciones psíquicas diferentes que realicemos de ellos,
además de la interacción del medio y entorno social, pro ello Cyrulnik explica
que “la resiliencia es un tejido de punto “tricot” que une lana desarrollable a
otra afectiva y social, subrayando la importancia de la reconstrucción
positiva, no negando el pasado doloroso, pero si superándolo.
Es admirable por tanto, el cambio de perspectiva en estos
últimos años en el estudio de la resiliencia. No solo estudiar las carencias y
debilidades y los medios de compensarlas, sino empezamos a investigar las
fuerzas y como usarlas, no solo examinamos la patología y sus consecuencias,
sino la adaptación adecuada, observando, identificado y usando mejor los
recursos que cuidar.
Por tanto ¿Qué es la
resiliencia?
Aunque no existe una definición consensuada, en psicología
no solo significa resistencia, sino que conlleva un aspecto dinámico que
implica que la persona traumatizada se sobrepone, resiliar no es solo
recuperarse, es ir hacia adelante tras una enfermedad, trauma o un estrés, es
vencer las pruebas y la crisis de la vida, es decir resistirlas primero y superarlas después, en definitiva es la capacidad que permite a una persona, un
grupo o una comunidad impedir, disminuir o superar los efectos nocivos de la
adversidad.
En relación con los mayores la resiliencia es un conjunto de
“procesos sociales e intrapsíquicos y
que se combinan produciendo factores
protectores ante situaciones difíciles; es decir procesos de invulnerabilidad
ante situaciones de riesgo. Nuestro objetivo es determinar esos factores y esas
fortalezas. Pasemos a desarrollarlo con más detenimiento.
Como venimos describiendo, en su mayoría
los estudios sobre este tema se han centrado en población infantil y
adolescente, ya que se plantean dos cuestiones inter-relacionadas: la primera
se refiere a la duración en el tiempo de una conducta resiliente que apareció
pronto en la vida, como se ha comentado con anterioridad, la resiliencia no se
adquiere de una vez para siempre, si es precoz, puede mantenerse y reforzarse
con un aumento de la autoestima, fruto del enfrentamiento y superación de los
traumas, pero también puede modificarse e incluso hundirse debido a un estrés
que supere la capacidad de resiliencia del sujeto, por ello se subrayan la
importancia de los sucesos tardíos con esas capacidades de reacción de la
persona, Lemay (1999) nos habla del precio a pagar, en este sentido, a menudo
se mencionan descompensaciones tardías e inclusos casos de suicidios tras vidas
militantes, en estos casos nos preguntamos ¿Cuál fue el detonante que hizo
fracasar el proyecto de vida y cambiar el sentido de vida?, para ello lo idóneo
es estudiar desde la infancia esa capacidad y seguir su línea de vida con sus
sucesos intercurrentes que puedan aclarar mejor el problema, lo cual es muy
complicado, aún así los estudios están plagados de ejemplos de personas que han
visto reforzada su resiliencia.
La segunda cuestión es más
compleja. Cuando se enfrenta a un trauma grave ¿puede una persona cuya
existencia ha sido un “largo río tranquilo” hasta la edad adulta, y aún
después, encontrar en su interior recursos, para resistir y seguir viviendo y
creciendo en la vida? Esta pregunta, aunque sea decisiva en una época de
longevidad creciente y en que el peso demográfico, económico, social y
sanitario de las personas mayores va en aumento, que sepamos, no ha suscitado
muchos estudios ni interés siquiera.
Los traumas graves no perdonan a
la tercera edad, sea una enfermedad, problemas sociales o una jubilación mal
llevada, el deterioro físico o mental y
la depresión se hacen más frecuentes ¿Cómo se puede ser resiliente en estas
condiciones? Un trabajo suizo muy interesante sobre la experiencia de la
viudez, (Grupo “Sol”, 1992) estudia 32
viudas de clase media, entrevistadas en Ginebra, y los resultados constatan que
una infancia de la que se tienen “buenos recuerdos”, la superación de crisis
-en la adolescencia, a los cuarenta- cierta sociabilidad y, recíprocamente, una
“red sólida de apoyo afectivo” permiten llevar bien la viudez, aunque no se
llene “el vacío de la ausencia”. Los autores convienen en el interés de
prepararse para “envejecer bien” y subrayan la importancia de la cultura, la
apertura de espíritu, la diversificación de actividades desde antes de la
vejez, para romper con la rutina, ser activo, abierto a los demás y preparar una vida con sentido, donde los
factores de protección como los recuerdos de la infancia desarrollan dicha
resiliencia.
No hay recetas, las actividades
de voluntario, las aficiones, ser miembros de asociaciones, comenzar una
actividad novedosa o de ocio: actividades culturales y artísticas, ayudan a
mantener, incluso a desarrollar, las capacidades físicas y mentales de la
persona mayor, ayudando a mantener la utilidad social y por ende la autoestima.
La Fundación Ibsen sobre estudios
realizados, afirman que un proyecto de vida “rico” es aquel que desarrolla
recursos como el interés por los demás,
curiosidad, vida relacional, elección de distracciones, haciendo todo ellos
elementos integrantes del carácter que identifica a la persona mayor resiliente y adaptativa.
En un artículo muy interesante,
“un modelo de resiliencia: los centenarios”, Michel (1998) indica otro factor
protector: la fe religiosa, ya que existe una relación entre la religiosidad y
la salud física o enfermedad, de hecho el sentimiento de que la vida sigue
después de la muerte hace a las personas conscientes de su finitud, cuando se
acercan al final de la vida, de llenarlos de ese “realismo de la esperanza”.
La voluntad de vivir pase lo que
pase viene a culminar ese trabajo de resiliencia en el día a día de las
personas mayores. Sin duda, nadie lo expresó mejor que el gran pediatra Robert
Debré, fallecido a los 96 años, quien al final de su vida decía: “Cada mañana
me obligo a vivir, cada noche me felicito por haber vivido”.
El niño que no sonríe, por Mayte Vázquez.
“Un niño sin sonrisa, es como un árbol sin hojas”
Uno de los objetivos de los psicólogos clínicos es ayudar a los niños y adolescentes a hacerles reír, en esa etapa en que los niños deben divertirse, jugar con los amigos, compartir juegos, experiencias, vitalidad y sobre todo disfrutar de todo lo que les rodea, no hay nada más frustrante que observar a un niño sufrir, mostrarse irritable, incluso violento, en una palabra infeliz. Creer que los niños no se deprimen es un error común, eso ha provocado que muchos padres confundan los síntomas de esta enfermedad con una mala actitud. La importancia de la detección temprana de este padecimiento, detectando sus causas y prevenirlas es fundamental, con el fin de evitar situaciones de riesgo como suicidios infantiles, en muchos casos.
.- Conceptualización de la depresión infantil. Causas más frecuentes.
Como se ha comentado, los síntomas depresivos en niños y adolescentes, son distintos a los de los adultos, siendo el rasgo común la presencia de un ánimo triste, vacío o irritable acompañado de cambios somáticos o cognitivos que inciden en su desarrollo funcional. La depresión en el niño está ligada a emociones como miedo e ira, junto a sentimientos de irritabilidad. Las causas en los niños de 0-6 años se relacionan con el ambiente familiar, a partir de los seis años la afectación relacional con los iguales suele ser predominante, aumentando en la adolescencia conjuntamente a síntomas negativos de autoestima y autoconcepto., es por todo ello muy importante detectar esas llamadas de atención ante situaciones de angustia y de indefensión proponiendo programas de prevención dirigidos tanto a padres como profesores en sus entornos familiares y educativos: “hogar y escuela” respectivamente.
.- Programas de prevención.
Los programas de prevención tienen un doble objetivo, por un lado enriquecer el entorno del niño aumentando su satisfacción, por ejemplo modificando aspectos educativos y sociales y por otro lado dotar al niño de habilidades de afrontamiento a situaciones difíciles y de estrés.
La psicoeducación en los programas de prevención es muy importante, la mayoría de las veces los padres, como se viene diciendo, no saben qué hacer y deben ser conscientes de los cambios que se deben realizar, entre ellos la motivación y la comunicación como claves en el inicio de una buena prevención. Los desajustes en la pareja y por ende familiares, inciden en un desequilibrio sistémico, plasmándose en conflictos familiares, relaciones insatisfactorias, etc., por ello es necesario que los padres sepan desarrollar habilidades sociales y de interacción positiva que hagan crecer y educar a un hijo de una manera positiva y con un entorno rico en estímulos que brinden estabilidad, bienestar y satisfacción. Se puede afirmar que un apego seguro es una de las mejores prevenciones en depresión que existen, al inculcar en el niño seguridad y fortalecimiento ante situaciones estresantes.
Además, detectar habilidades o destrezas en los niños y reforzarlas de manera positiva, harán que el niño desarrolle actitudes de interés y experiencias más enriquecedoras. Este desarrollo experiencial es fundamental en la actualidad cuando los niños se ven “volcados” en los juegos y nuevas tecnologías interactivas. Los padres deben ser coherentes en su uso, ya que diferentes estudios han demostrado que el uso indiscriminado en Tics, están ligadas a aislamiento, depresión y ansiedad.
Trastornos de adicción a juegos y teléfonos móviles, y el uso indebido en redes sociales o actuaciones de cyberacoso, en procesos de pertenencia a grupos referenciales, producen en el adolescente una disminución de su autoestima, y su valía personal, llevando al sufrimiento, vacío, y si no se lo comunica a sus padres o profesores, pueden llevarle a trastornos de ansiedad, depresión grave e incluso suicidio. Por otro lado, en la línea de dotar al niño en habilidades, para que aprendan a afrontar situaciones estresantes e incluso convertirlas en situaciones de éxito, destacamos:
.- Habilidades de control emocional, como los programas de relajación (Cautela y Groden, 1985)
.- Habilidades de control mental, como los de autoinstrucciones de Meinchenbaum (1987)
.-Habilidades conductuales, como los basados en tolerancia a la frustración y asertividad.
En todos estos programas de habilidades dentro de la acción preventiva, los padres vuelven a jugar un papel importante, al educar a su hijo dentro de una inteligencia emocional plena, enseñar al niño desde pequeño a conocer sus emociones y la de los demás, desarrollar empatía, resiliencia ante situaciones difíciles y asertividad en el desarrollo de situaciones sociales y con sus iguales, son en su conjunto dotar al niño de habilidades emocionales, y conductuales que le ayudarán a vivir en armonía y sobre todo a ser más feliz. “Conócete y vencerás”.
En la adolescencia, es un aspecto esencial el de la autoestima y autoeficacia, los padres deben generar en el niño esa identidad que les “hace únicos”, e incluso que les hace diferentes, pero no por ello peores, sino exclusivos, normalizar situaciones reestructurar pensamientos y potenciar esas fortalezas personales como son el humor, la perseverancia, la curiosidad, la aceptación, la armonía, la honestidad o la equidad, ante esas dificultades que surgen. Siguiendo la psicología positiva, aprender a perdonar, escribir cartas de agradecimiento o reflexionar en acontecimientos positivos, son prueba de ello y ayudará a los padres a hacer más felices a sus hijos, aumentando al mismo tiempo su autoreflexión personal (eliminado distorsiones cognitivas), autonomía y responsabilidad.
.- Conclusiones
Como se ha descrito, enriquecer el medio físico y social del niño y enseñarle a ser optimista ante la adversidad, haciéndoles conscientes de los peligros que pueden generar ansiedad, como la falta de habilidades sociales, uso indiscriminado de las Tics., y déficit en competencias personales y de resistencia, harán un niño inseguro, infeliz y por tanto niños que sufren y con altos estados depresivos. En nuestra mano está modificarlos, realizando programas donde se modifique su entorno hacia la homeostasis y sobre todo desarrollando programas en habilidades emocionales, cognitivas, y sociales de gran relevancia, como las descritas en este trabajo.
Méndez, F.X. (2011). El niño que no sonríe. Madrid: Pirámide. 259-273
La autorregulación emocional y el afrontamiento cognitivo en estados de dolor por Mayte Vázquez.
1.- La experiencia
del dolor.
Los estudios demuestran que las
creencias sobre el dolor, lo que hacen es mantener e incrementar el dolor al
reducir la autoeficacia de afrontamiento al mismo.
El dolor crónico puede ser
entendido como una experiencia que es estresante para la persona lo que
requiere continuos esfuerzos adaptativos considerados como estrategias de
afrontamiento, además dichas estrategias
vienen determinadas por la situación, el entorno, la personalidad y de los recursos de los que se disponga.
Los estudios también han desarrollado, que los estados emocionales son decisivos en esa valoración adaptativa, de esta
manera a mayor depresión mayor dolor percibido.
2,. Consecuencias del dolor
No sólo las consecuencias son el disconfort y el malestar, sino la
preocupación en el paciente y su entorno, hacen aumentar la ansiedad, el
cansancio y la fatiga desembocando en estados emocionales de irritabilidad,
tristeza, desesperación y a última instancia en depresión. En la mayoría de las
ocasiones es más difícil regular el dolor emocional que el físico, limitando en
la persona la actividad, su capacidad de bienestar y asociando la desmotivación
a los primeros síntomas, es lo que los psicólogos denominamos “la indefensión
aprendida” “como no puedo hacer nada,
pues me meto en la cama, no salgo y no me muevo para nada”, eso hace formar
parte de la persona enferma del sufrimiento y en muchas ocasiones de la negación
al sentido vital.
3.- La necesidad de construir una nueva vida.
Sin embargo la persona con dolor,
no debe resignarse, NO DEBE EVITAR HACER NADA sino que partiendo de la
ACEPTACIÓN, debemos comenzar a trabajar y COMPROMETERNOS en mejorar e incluso
convertirlo en más soportable.
4.- Pautas necesarias para el cambio. En general:
.- Ser conscientes de que podemos
llegar a controlar sensaciones, emociones y pensamientos (reestructuración cognitiva), si algunas
personas pueden hacerlo, porque nosotros no podemos llegar a conseguirlo.
.- En el momento que comience el
dolor, regular la ansiedad con
ejercicios de relajación (minfulness), asimismo entrenamos la atención en otros focos, en otras sensaciones, lo que
nos enseñamos los psicólogos es a regular la atención en otros momentos, en otros
escenarios y vamos asociando sensaciones agradables y momentos positivos a
situaciones estresantes o dolorosas, aprendiendo a manejarlas (ver el problema
desde otra perspectiva).
.- No limitar las habilidades sociales y la asertividad, mientras
estamos con otras personas, nos sirve de distracción, y por tanto no sentiremos
el dolor de la misma manera e incluso de intensidad.
.- Las personas con dolor, no son víctimas, el victimismo, junto al
catastrofismo es otra consecuencia negativa del dolor que lo que hace es
perpetuar y reforzar esa sensación de dolor, al sentirnos dependientes emocionalmente
de algunas personas o situaciones.
.- No aceptar el sufrimiento, hemos nacido para disfrutar y debemos
vivir habituándonos a esas sensaciones, pero nunca asociándolas a miedo,
soledad, ansiedad o depresión, de lo que se trata es “crecer” como personas
ante esas situaciones, no hundirse ante la adversidad.
.- La regulación de la inteligencia emocional es primordial en temas
de dolor y de estrés, por ello cuando identifiquemos tristeza, desesperanza e
incluso frustración, debemos afrontarlos
con sensaciones contrarias, ya que el regocijarnos en esa ansiedad, en esa
tristeza, solo hace entrar en un círculo vicioso, difícil de salir, al seguir
pensando y expresarnos emocionalmente en lo mismo: “No me voy a curar nunca”, “yo tengo la culpa de no
estar mejor”: EL YO Y LAS EXCUSAS. Nuestro locus de control interno, debe hacer
lo contrario: “Hoy me encuentro mejor, me voy a encontrar mejor”, “cada vez me duele menos”.
.- Como hemos dicho debemos ser conscientes de nuestras limitaciones,
pero al mismo tiempo de todo lo que podemos hacer (que no nos limita: nuestras fortalezas, por ejemplo
desarrollar la creatividad, la comunicación, etc) y nos ayudan a mejorar,
haciendo de ese dolor “algo habitual” y progresivamente más tolerable. Muchas
personas hayan en esos momentos de dolor, momentos de distracción, actividades como
leer, escribir, de esa manera se distraen y el dolor no se hace tan intenso.
.- Entrenar la resiliencia y el sentido vital, ya que el proceso vital
está lleno de momentos estresantes y debemos estar preparados cuando aparecen,
los temas del dolor crónico forman parte de la vida y debemos integrarla en la
misma, como algo normal, pero no por ello sirva para limitarnos.
En resumen el control de la
atención, de las distorsiones cognitivas y de las emociones negativas ayudan a
afrontar mejor esas situaciones específicas.
No debemos olvidar que el dolor
crónico es el que dura más de tres meses y los dolores agudos necesitan una primera
actuación médica: Técnicas farmacológicas y de biofeedback, son necesarias en
dolores crónicos y complementan a las habilidades psicológicas comentadas.
5.- Pautas específicas en dolores músculo-esqueléticos: artrosis, reumas,
lumbalgias, etc. TERAPIA COGNITIVO-CONDUCTUAL en dichas dolencias.
.- Estas enfermedades son
degenerativas, por lo cual debemos evitar que esos dolores se conviertan en
incapacitantes (10% de las lumbalgias son crónicas), ya que son acompañados de
sintomatología depresiva, ansiosa e incluso generan más dolor, perpetuando el
círculo viciosos que debemos detectar y tratar, como hemos comentado en el
apartado anterior.
.- Como psicólogos debemos:
.-
Evaluar las creencias y mitos que tiene la persona, asociados a esos dolores y
lo que haremos es desmitificar esas
creencias erróneas, ese catastrofismo que envuelve el dolor: Una persona con
artrosis no se va a morir, lo que trataremos es que tenga una vida más eficaz,
productiva y gozar de mejor bienestar.
.-
Escuchar a la persona lo que siente al sufrir el dolor, los autorregistros
(frecuencia, pensamientos, duración, número de episodios, etc) son muy
importantes y necesarios para hacer el dolor consciente.
.-
Analizar las habilidades, actividad y situaciones intentadas por la persona
ante el dolor.
·
Los programas más eficientes suelen utilizar una
serie de técnicas, entre ellas:
1.- Psicoeducación. Es importante
informar a la persona que existe un Modelo en Piscología, llamado "la puerta de Melzack”, donde
además de sentir dolor (sistema nervioso), existe una valoración cognitiva y
motivacional ante el mismo.
2.- La relajación. Estrategias
que disminuyan la actividad fisiológica: Relajación progresiva.
3.- Técnicas en imaginación: En
momentos de dolor agudo, imaginar un bloque de hielo o de chocolate
derritiéndose, mientras se va derritiendo el dolor va desaoareciendo,
4.- Técnicas de respiración.
5.- Control de contingencias:
Trabajar en la modificación de las consecuencias asociadas al mantenimiento de
actividades que mantienen el dolor; por ejemplo la atención por parte de los
familiares en el dolor, es REFORZANTE y contribuye a perpetuar el dolor y no
mejorarse,
6.- Detección de conductas
mantenedoras del estado de ánimo bajo y modificarlas.
7.- Programa de actividades
agradables e incluso actividades deportivas progresivas. Con una lumbalgia no podemos escalar una montaña, pero podemos caminar y nos causa la misma sensación placentera.
8.- Entrenamiento en habilidades
de afrontamiento: autoinstrucciones
(mensajes de control y de relajación, cuando aparece el dolor, poco a poco nos
vamos anticipando al mismo, con ese diálogo interno positivo.
9.- Habilidades sociales.
10.- Técnicas en el manejo de la
atención y auto-observación:
.-
Evitar autoverbailizaciones negativas sobre el dolor y sus efectos.
.-
Evitar conversaciones y verbalizaciones continuas sobre el dolor.
.-
Llevar la atención a elementos externos de forma controlada.
11.- Realizar un listado de
distorsiones cognitivas e interpretaciones negativas, que modificaremos adecuadamente, de acuerdo a la contingencias descritas.
12.- Realizar un listado de
emociones y pensamientos. Lo que haremos es reestructurarlos.
13.- Desarrollar técnicas de
solución de problemas, con alternativas a la situación personal.
14.- Practicar Mindfulness.
.- Tratamiento psicológico del dolor crónico
https://www.uv.es/seoane/boletin/previos/N84-4.pdf
.- Etiología, cronificación y
tratamiento del dolor lumbar
http://scielo.isciii.es/pdf/clinsa/v19n3/v19n3a07.pdf
La importancia de la Alianza Terapéutica, por Mayte Vázquez.
"Ser empático es
ver el mundo a través de los ojos del otro y no ver nuestro mundo reflejado en
sus ojos". Carl Rogers.
La alianza terapéutica es para muchos psicólogos, como Carl Rogers, el desarrollo de la empatía al tratar a nuestros pacientes, para otros psicólogos va más allá al establecerse un vínculo, una conexión que permite poder explorar sin miedo, llegando a la confianza mutua y poder construir unos pilares básicos en esa relación que comienza con el fin de ser duradera, sincera y eficaz, por ello las características que prevalecen en la alianza terapéutica son la de interacción mutua y sincera para realizar un mayor ”insight”.
Sin duda la psicoterapia no se puede establecer, al margen de la alianza terapéutica, y este artículo viene a ponerlo de manifiesto desvelando investigaciones y evaluaciones donde la misma se ha hecho patente convirtiéndose en la gran protagonista.
Evolución del concepto de alianza terapéutica a través de la historia.
La conceptualización de alianza terapéutica ha ido evolucionando a lo largo del siglo XX. En sus inicios, desarrollada por S. Freud en su obra “Dinámicas de transferencia” (1912) describe la importancia y beneficios de la misma en la interpretación y explicación del terapeuta hacia las conductas de su paciente. De hecho para los psicoanalistas la alianza terapéutica se asimila a transferencia y compromiso.
Dentro de este marco psicodinámico, Hartley en 1985, definió la alianza terapéutica como una relación compuesta por la “relación real” (vínculo) y “alianza de trabajo” (capacidad de ambos para trabajar conjuntamente).
Este marco tan reduccionista, cargado de neutralidad, dio paso a un concepto más amplio, donde el terapeuta es más espontáneo, empático y congruente, hablamos de la corriente humanista. Psicólogos como Carl Rogers, ya mencionado en la introducción, nos mostraba una relación donde la intervención del terapeuta centrada en el cliente era un elemento esencial y no solo modifica conductas aprendidas.
El
modelo cognitivo, significó una revitalización del término, ofreciendo
investigaciones al respecto donde se
demostraba que el 15% de la mejoría de los pacientes se debía a las técnicas
empleadas y un 30% mejoraba gracias a la relación terapéutica. Estos resultados
guiaron otras investigaciones que ahondaron sobre el papel de la transferencia
y aunque la diversidad de matices fue preponderante en una única
conceptualización, fueron Bordin y Luborsky en 1976, los que definieron la
alianza terapéutica como el encaje y colaboración entre el cliente y terapeuta
con tres elementos clave que lo identifican: acuerdo en las tareas, vínculo
positivo y acuerdo con los objetivos. Hay que tener en cuenta que aunque una
alianza terapéutica positiva no sea curativa es un ingrediente que la hace
posible y Luborsky acrecienta además esa sensación que experimenta el paciente
en ese trabajo conjunto hacia el proceso de cambio, haciendo esa relación más
dinámica en las diferentes fases de la terapia. Actualmente se considera la
alianza terapéutica como una construcción conjunta entre ambos, bidireccional y
relevante.
Investigaciones sobre la alianza terapéutica.
La dificultad estriba en cómo medir o que factores son objeto de evaluar respecto a la alianza terapéutica que se desarrolla entre paciente y terapeuta. La escala Penn surge del marco psicodinámico, influido por el trabajo de Luborsky., desde una visión más ecléctica surge la VVPS y el WAI y el EAPI recogen aspectos de la concepción psicodinámica mezclados con los trabajos de Bordin sobre la alianza terapéutica. Éstos instrumentos han sentado el precedente de versiones futuras, pero todas con dos elementos comunes y nucleares: la colaboración y el acogimiento.
Los estudios dedicados a buscar la relación entre la alianza terapéutica y la eficacia de la psicoterapia han sido objeto de crecientes publicaciones, donde todas ellas coinciden en destacar la significación de la relación entre la alianza terapéutica como buen predictor en el resultado final. Durante los años 80 fue cuando el campo de la terapia familiar comienza a emerger con fuerza, así como las relaciones de pareja y aunque en dichas terapias se establecen alianzas múltiples, al incorporarse dos o más miembros, los datos resultan muy interesantes sobre todo cuando es la mujer la que alcanzaba una puntuación más elevada en la alianza terapéutica que el hombre, siendo el resultado mejor (Quinn, Dotson y Jordan, 1997).
En relación con la finalidad de la terapia, se ha encontrado que las resueltas unilateralmente por el paciente, estaban relacionadas con puntuaciones bajas en alianza terapéutica. Así mismo en relación con la duración de las mismas, se ha hallado que la relación entre alianza y el cambio aumentaba con la duración de la terapia (Horvarth y Seymonds, 1991). Tras estudiarse la significación de la alianza en el resultado final, otros autores han profundizado en el conocimiento de los motivos y tipos de ruptura de la alianza (p.e., Jilton, 1999) y en cómo trabajar en terapia para resolverlas (Arnkoff, 1995; Safran y Muran, 2000b; Watson y Greenberg, 1995), guiados por la conceptualización de Bordin (1976; 1994), considerando que algunos problemas de la alianza están relacionados con las tareas o los objetivos y por lo tanto las estrategias para trabajar sobre la alianza están dirigidas a reflexionar sobre las interacciones entre ambos; ante el reto de conseguir una buena alianza parece ser que la metacomunicación es uno de los recursos imprescindibles (Safran y Muran, 2006, a).
Las actitudes terapéuticas propuestas por Rogers (1957) despertaron gran interés en investigaciones posteriores, de esa manera la empatía, la calidez del terapeuta son necesarias ya que facilitan la relación, pero tampoco son las únicas a tener en cuenta.
El nivel de experiencia del psicoterapeuta es otro factor estudiado, constatándose que la relación entre la experiencia y la alianza no resulta significativa, aunque sí lo son las representaciones internas de las relaciones pasadas, con algunos pacientes. En relación a las técnicas empleadas, se encontró que las centradas en el “aquí y ahora” favorece la alianza, por lo cual las habilidades sociales correlacionan positivamente con la alianza.
En relación con el perfil y personalidad del terapeuta se han encontrado grandes contradicciones, por otro lado y en relación al cliente a los que les cuesta establecer relaciones pueden beneficiarse de técnicas específicas y los que conforman una mejor relación se benefician de técnicas más exploratorias.
Para finalizar, los estudios centrados en el paciente y sus variables intrapersonales como motivación, expectativas y actitudes tienen efectos significativos en la alianza. En relación a la severidad de la sintomatología provoca poco efecto en el desarrollo de la misma, ya que sentimientos negativos poco a poco van desapareciendo convirtiendo la relación en más cálida y agradable. El funcionamiento interpersonal del paciente tiene relación con el estilo del terapeuta, llegando incluso a complementarse en variables como la edad, el sexo, etc. (Luborsky, 1994). Los últimos estudios van orientados a estudiar la similitud en los factores étnicos y culturales, resaltando una mayor alianza cuando los valores y dichos factores son congruentes y asociados entre ambos.
Conclusión.
Es indudable la
importancia de la alianza terapéutica en el desarrollo del proceso
psicoterapéutico y en los resultados de la psicoterapia. Esto ha permitido que
la mayoría de las escuelas psicoterapéuticas le hayan prestado atención y hayan
reconocido su importante papel. La
conceptualización de Bordin ha proporcionado un marco de referencia a las
investigaciones señaladas y el desarrollo de sus componentes.
Fuente
Corbella, S. y
Botella, L. (2003). La alianza terapéutica: historia, investigación y
evaluación. Anales de Psicología, 19(2),
205-221.
La importancia de la Educación en la Inteligencia Emocional, por Mayte Vázquez.
La mayoría de las personas han oído hablar de la inteligencia emocional, sin embargo pocas son las que realmente saben su significado y, menos aún, su aplicación a la vida diaria.
En este artículo intentaré aclararlo "un poquito", resaltando lo importante que es en la actuación de la vida cotidiana el desarrollo de dicho concepto, sin profundizar ni analizar teorías descritas por diferentes psicólogos, que al final sólo nos llevan a debates y controversias.
Se puede decir que la inteligencia emocional es la habilidad o capacidad que tenemos los humanos para controlar nuestras emociones, pero esta definición que parece tan simple, no lo es tanto. Porque entonces estaríamos siempre alegres y contentos y seríamos felices, no entraríamos en conflictos innecesarios con el resto de personas que nos rodean y nos llevaríamos todos estupendamente. Pero no todas las personas lo consiguen, ¿verdad?. Aquí es donde comienzan a darse todas las incógnitas y paradojas sobre este tema.
Es decir, si es una habilidad quien nos enseña a practicarla y si además, también es una condición innata al ser humano: ¿Cómo unas personas saben adaptarla a su vida cotidiana mejor que otras, más favorablemente que el resto?, ¿Por qué unas personas pueden llegar, mediante su aplicación, a mejorar su entorno social, incluso a triunfar en su vida ... y por qué otras no?
La parte innata es bastante difícil de modificar en la naturaleza humana, se lleva en los genes, (es como cuando nacemos con ojos azules, es invariable de por vida) pero el aspecto adquirido de los estados emocionales, siempre he pensado que nos lo deberían enseñar desde pequeñitos, igual que nos empiezan a estimular desde bebés para que juguemos, comencemos a hablar y a caminar, y obtener una sonrisa en cada acción que realizamos a cada estímulo que recibimos, también nos deberían enseñar a distinguir entre sentimientos malos o buenos... en definitiva, llegar a lograr ser felices.
No olvidemos que el ambiente social que rodea al niño debe ser el adecuado para el aprendizaje, pero el aprendizaje de todo: tanto del desarrollo psicomotor, como del desarrollo cognitivo y de las emociones.
Educar las emociones es enseñar a vivir juntos y aprender a vivir con los demás. Es descubrir a las otras personas, a saber valorarlas y tomar conciencia de las semejanzas y de la interdependencia entre todos los seres humanos.
Todo esto lo digo también, porque los estudios nos hablan de que "las personas con habilidades emocionales bien desarrolladas tienen más probabilidades de sentirse satisfechas y ser eficaces en su vida, y de dominar los hábitos mentales que favorezcan su propia productividad". Se trata de tener la capacidad de relacionarnos y convivir con los demás, sin "ser más que los demás". Pero tampoco menos.
Por el contrario, las personas que no pueden, por cualquier motivo, poner un cierto orden en su vida emocional, libran batallas interiores que "sabotean su capacidad de concentrarse en el trabajo y pensar con claridad".
Personalmente creo que reconocer y controlar las emociones nos facilita mucho las tareas (nos puede llevar a ahorrar tiempo, a aprovechar oportunidades o a concentrar la energía en actividades que realmente son beneficiosas. La inteligencia emocional nos ayuda a reconocer a aquellas emociones o sentimientos que nos ayudan en la vida como pueden ser el entusiasmo, la confianza, la lealtad o el optimismo, pero incluso también nos ayuda a reconocer las que son perjudiciales como el miedo, la ansiedad o la furia.
En el ámbito educativo el control de las emociones, la gestión de relaciones personales o la motivación propia puede facilitar mucho las cosas al estudiante. Muchos expertos opinan que el éxito (en los estudios, o en la vida) está directamente relacionado con decisiones u oportunidades tomadas, teniendo en cuenta las premisas marcadas por la inteligencia emocional.
Cada persona puede reflexionar sobre sus sentimientos y emociones para poder identificarlos y aprender de sí mismo. Y no solo las propias, sino que también es posible reconocer los sentimientos y emociones ajenos, mediante la correcta interpretación de las señales que se emiten de forma consciente e inconsciente.
Gestos, palabras, expresiones permiten entender a los demás, al entorno y permiten establecer lazos más reales.
La capacidad de ponerse en lugar del otro se conoce con el nombre de empatía. Algo que no todas las personas hacen antes de tomar una decisión, emitir un juicio o realizar una determinada acción. También es cierto que hay personas que tienen mayor facilidad para reconocer en otros sentimientos, deseos, gestos o emociones, y eso es verdaderamente lo que deberíamos aprender desde la infancia hasta la madurez. A SER MÁS EMPÁTICOS.! ... a entender a los demás, pero no desde nuestra perspectiva, sino a entender y comunicarnos desde su propio punto de vista y no únicamente del nuestro. Tal vez lo más difícil.
En la empatía influyen las emociones de cada persona y las de los demás y una persona empática es capaz de detectar información emocional que le puede provocar sufrimiento y dolor. Por otro lado, este tipo de personas suelen ser mejores profesionales en ámbitos como la medicina, la enseñanza, la administración, etc. El estudio sobre aspectos psicológicos y neurobiológicos de la inteligencia emocional diferencia tres factores fundamentales para lograr ser competitivos: confianza de relaciones con las personas, el impulso de la eficiencia o la creación de futuro.
A través de la confianza en uno mismo se transmite hacia los demás y se fomentan las relaciones con otras personas.
Esto va enlazado con otro concepto que quiero destacar y que es muy importante en el desarrollo emocional humano, y por ello no podemos dejar de obviar y que es el de "la resiliencia": ésta es la consecuencia de saber controlar las emociones en el medio, y por tanto la capacidad para superar situaciones adversas y de riesgo.
Esto es el objetivo principal del control de las emociones en cada contexto de la vida, que se fomente la auto-estima, la motivación y por lo tanto la confianza y lograremos el éxito seguro.
Para finalizar, me gustaría agregar dos enlaces:
http://www.youtube.com/watch?v=VQ8ZgY0wcaM
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=My2ym2_pAkA
El primero trata sobre la empatía y es un fragmento de la película "La vida es bella".
El segundo es sobre la autoestima y la motivación personal y que llevó a una persona al éxito. Nos lo describe él mismo cuando apenas le quedaban pocos días de vida y siendo consciente de ello.
Se trata de dos aspectos claves en este artículo, y que espero que os ayude a conoceros a vosotros mismos un poco más, y también a los que nos rodean. El contenido de ambos enlaces me parecen sobrecogedores.
Y por último me gustaría terminar con una frase que por supuesto no es mía:
"La habilidad es lo que eres capaz de hacer. La motivación determina lo que harás. La actitud determina lo bien que lo harás" Lou Holtz
Fuentes y Bibliografía:
Fierro, A. (comp.) (1996). Manual de psicología de la personalidad. Barcelona: Paidós.
Moreno Jiménez, B. (2007) Psicología de la personalidad: Procesos. Madrid: Thompson Editors Spain Paraninfo, S.A